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Itinerario de luna de miel en Aruba: 7 días para recién casados con playas, cenas románticas, naturaleza y cultura.
Hay un momento muy particular después de la boda: cuando por fin se apaga el ruido, se guardan los “pendientes” y el cuerpo cae en cuenta de que… ya. Ya se casaron. Y ahí aparece la pregunta que millones se hacen en Google con el corazón en la mano: “¿a dónde ir de luna de miel?”
Si lo que buscas es un destino que se sienta romántico sin ser empalagoso, que tenga planes para bajar revoluciones y también para reírse como adolescentes, Aruba es de esos lugares que te lo pone fácil. No solo por sus playas: también por su naturaleza árida y dramática, su cultura, su gastronomía y esa vibra de isla que te invita a elegirte (otra vez) todos los días.
Este itinerario de 7 días está pensado para recién casados: equilibrio real entre descanso, aventura suave, fotos bonitas sin sufrir y espacios para estar a solas sin que el viaje se vuelva una maratón.
1) No llenen la agenda como si Aruba se fuera a ir mañana.
Una luna de miel no se “aprovecha”, se vive. Dejen aire.
2) Un plan fuerte al día es suficiente.
Si hacen tour en la mañana, la tarde es para playa, siesta o piscina. Punto.
3) Alternen energía: día activo, día suave.
Así evitan llegar al día 4 con cara de “necesito vacaciones de mis vacaciones”.
Mañana / tarde (según vuelo):
Check-in sin prisa.
Caminen por la playa más cercana solo para “tocar Aruba” con los pies. Nada de tours hoy.
Plan perfecto de recién casados:
Brindis temprano (no tiene que ser alcohol: puede ser un jugo frío, un café, lo que sea) y un mini ritual: cada uno dice qué quiere sentir en esta luna de miel (no qué quiere “hacer”).
Si tienen energía: una cena tranquila, sin show, sin presión. Solo ustedes dos.
Mañana:
Playa con calma: bloqueador, agua, sombrero, y cero culpa por no hacer nada “productivo”.
Si les provoca moverse: snorkel en una zona tranquila (el objetivo es flotar y sonreír, no competir).
Tarde:
Siesta o piscina (sí, la siesta también es un plan de luna de miel).
Un masaje en pareja o spa si quieren empezar fuerte el mood romántico.
Noche:
Cena con luz bajita y conversación sin teléfonos.
Tip: pidan un postre para compartir. Suena simple, pero es el tipo de cosa que se vuelve recuerdo.
Este es el día para ver el lado urbano-lindo de Aruba. Cambiar arena por calles coloridas ayuda a que el viaje se sienta variado.
Mañana:
Paseo por Oranjestad: caminen, tómense fotos, entren a tiendas pequeñas, prueben algo local.
Paren por un helado o un café y siéntense a mirar gente (plan infravalorado).
Tarde:
Un rato de playa o piscina para “resetear” el calor.
Si les gusta la idea: una cena temprana y luego una caminata corta bajo el cielo abierto.
Si sienten que una luna de miel solo con playa se vuelve repetitiva, este día es el giro de trama.
Mañana (plan estrella): Arikok National Park
Arikok ocupa cerca del 20% del territorio de Aruba y es uno de los mejores lugares para sentir la isla más salvaje y auténtica.
Lo ideal es ir con tour organizado/guía, sobre todo si quieren llegar a puntos específicos y aprender del paisaje.
Lleven agua, calzado cómodo y mentalidad de “wow, esto existe”.
Tarde:
Regreso y descanso total.
Hidratación + ducha larga + siesta. (Este combo es casi sagrado).
Noche:
Cena con buena música (sin necesidad de rumba dura).
Brinden por su “día de aventura” como pareja: ese es el verdadero souvenir.
Hoy el plan es: arte + mar calmado. Aruba también es cultura, y este día lo demuestra.
Mañana: San Nicolas y sus murales
San Nicolas se ha llenado de arte urbano y hay recorridos que te llevan por los murales creados para el Aruba Art Fair.
Caminen con calma, tómense fotos, elijan su mural favorito y pónganle un significado de pareja (sí, suena cursi; no, no lo es cuando estás ahí).
Tarde: Baby Beach (plan suave, agua calmada)
Ideal para flotar, hablar y quedarse largos ratos sin que el mar los “saque”.
Lleven snacks, agua y algo para sombra.
Noche:
Cena más relajada, tipo “hoy quiero comer rico y acostarme temprano”.
Tip de recién casados: una noche tranquila también es romance.
Este día es para sentirse en “película”, pero sin la parte agotadora.
Mañana:
Playa en modo lento.
Si quieren moverse un poco: caminata corta o bici suave.
Tarde: paseo en barco / velero
Un sunset cruise es de esos planes que se sienten diseñados para luna de miel: viento, luz dorada y esa sensación de que el mundo se volvió más amable.
Extra romántico (opcional): California Lighthouse al atardecer
Este faro es famoso por sus vistas panorámicas, y el atardecer suele ser un gran momento para ir.
Noche:
Cena “wow” (la que ustedes dirán en el futuro: “¿te acuerdas de esa noche?”).
Si les gusta: un brindis final en la habitación, balcón o terraza. Sin música alta. Solo ustedes.
El último día no es para meter 10 planes. Es para despedirse bien.
Mañana:
Brunch sin prisa.
Última caminata por la playa: sin fotos obligatorias, sin checklist. Solo mirar el mar y quedarse un rato.
Tarde:
Empacar con calma y dejar lista una bolsita de mano con lo esencial.
Si hay tiempo: compras pequeñas (un aroma, una pieza artesanal, algo que al volver a casa les active el recuerdo).
Ritual final de luna de miel (recomendado):
Cada uno escribe en el celular (o en una nota) una frase:
“En esta luna de miel me gustó de ti…”
y se la lee al otro antes de dormir.
Suena simple. Funciona fuerte.
Si solo tienen 4 días:
Día 1: llegada + descanso
Día 2: playa + snorkel suave
Día 3: Arikok (día fuerte)
Día 4: San Nicolas + Baby Beach + cierre romántico
Si tienen 5 días:
Sumen Oranjestad en modo paseo (medio día) y una cena especial.
Bloqueador (más de uno: el sol no negocia)
Sombrero/gorra + gafas
Ropa ligera y una salida elegante para la cena especial
Sandalias + un calzado cómodo para Arikok
Botella reutilizable
Algo “bonito” para fotos (pero que no incomode)
Aruba tiene todo para una luna de miel inolvidable: playas de impacto, naturaleza diferente, arte, atardeceres que se quedan pegados en la memoria y planes que se sienten hechos para dos. Pero el verdadero truco para que este itinerario funcione es otro: dejar espacio para ustedes.
Porque al final, “a dónde ir de luna de miel” importa… pero más importa volver a casa sintiendo que, en medio del mar y la brisa, también se eligieron sin distracciones.