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¿Viajas a Aruba? Aquí encuentras todo lo que necesitas saber antes de ir. Tips, cultura y razones para enamorarte.
Si estás pensando en viajar al Caribe y el nombre de Aruba ya ronda en tu cabeza, te adelanto algo: vas por muy buen camino. Esta isla, pequeña en tamaño pero gigante en experiencias, tiene todo lo que se necesita para unas vacaciones memorables. En esta guía completa te cuento todo lo que necesitas saber sobre Aruba antes de preparar la maleta.
Aruba está situada al sur del mar Caribe, muy cerca de la costa de Venezuela. Aunque muchas personas creen que pertenece a Sudamérica por su ubicación, Aruba es oficialmente un país autónomo dentro del Reino de los Países Bajos. Esto significa que, aunque tiene su propio gobierno y decisiones internas, mantiene vínculos con los Países Bajos en temas como defensa y relaciones exteriores.
Aruba forma parte del Reino de los Países Bajos, junto con Curazao, Sint Maarten y los Países Bajos europeos.
Dato curioso: sus habitantes cuentan pasaporte neerlandés y gozan de los mismos derechos que los ciudadanos de la Unión Europea.
Durante siglos, Aruba fue habitada por comunidades originarias como los caquetíos, parte de la cultura arawak. Más adelante llegaron los colonizadores españoles y, posteriormente, los holandeses, quienes dejaron una huella profunda en la isla. Esa mezcla de raíces sigue viva: en la arquitectura de Oranjestad, en los idiomas que se hablan, en los nombres de sus calles y en las tradiciones de su gente.
Dato curioso: La estrella roja en la bandera de Aruba representa los cuatro puntos de una brújula, debido a la cantidad de personas de todo el mundo que atrae la isla.
Si visitas las cuevas de Arikok, las ruinas de oro de Bushiribana o el Fuerte Zoutman, estarás caminando por escenarios reales de su historia. Son espacios donde el pasado no está en los libros, sino justo frente a tus ojos.
La influencia cultural también se saborea. La cocina arubiana combina técnicas indígenas, ingredientes africanos, recetas europeas y sazón caribeña. Puedes probar:
• El keshi yena, un queso relleno delicioso
• El pan bati recién hecho
• Los platos de mariscos frescos servidos al estilo criollo
• Preparaciones picantes con toque asiático que llegaron gracias a las migraciones más recientes.
Y si eres de los que ama explorar sabores del mundo, Aruba también te sorprenderá con su oferta internacional: restaurantes italianos, japoneses, peruanos, mexicanos, libaneses y muchas otras opciones que reflejan la diversidad que convive en la isla. Comer aquí es como viajar por el mundo sin moverse del Caribe.
En Aruba se hablan varios idiomas, pero los oficiales son el neerlandés y el papiamento, una lengua criolla que mezcla español, portugués, neerlandés e inglés. Sin embargo, la mayoría de los arubianos también hablan inglés y español, así que comunicarte será fácil.
La moneda oficial es el florín (AWG), pero el dólar estadounidense es aceptado en casi todos los establecimientos. La tasa de cambio es fija y muchos precios ya están en dólares.
Dato curioso: la moneda de 50 centavos de Aruba es cuadrada, así que, si te gusta coleccionar dinero de otros países, esta moneda será un excelente agregado a tu colección.
Aruba cuenta con un aeropuerto internacional moderno: el Aeropuerto Reina Beatrix. Recibe vuelos directos desde muchas ciudades de Estados Unidos, Canadá, Países Bajos y países de Latinoamérica como Colombia, Panamá y Brasil.
Aruba es un destino de todo el año gracias a su clima seco y soleado. Sin embargo, si prefieres evitar la temporada alta, considera viajar entre abril y agosto
Entre 5 y 7 días es un tiempo ideal para conocer lo más importante de la isla, relajarte y hacer algunas excursiones. Pero si puedes quedarte más, seguro no te arrepentirás.
Aruba tiene un clima bastante seco, pero noviembre suele ser el mes con mayor probabilidad de lluvias. Aun así, las lluvias son cortas y poco frecuentes.
Puedes descansar en la playa, hacer snorkel, buceo o windsurf en aguas cristalinas. También recorrer el Parque Nacional Arikok, descubrir la historia local en sus museos, probar la comida típica, disfrutar atardeceres que parecen pintados y explorar tiendas, galerías de arte o festivales culturales. En Aruba siempre hay algo que hacer, sin importar cuál sea tu plan ideal de vacaciones.
Viajar a Aruba es más que unas vacaciones: es una experiencia que se queda contigo y lo mejor es que, mientras la disfrutas, puedes ayudar a conservarla siendo un turista responsable. No olvides firmar La Promesa de Aruba, un compromiso para cuidar lo que hace de esta isla un lugar tan especial.
Planifica con tiempo, conecta con su esencia y deja que Aruba te muestre lo que significa la felicidad verdadera.
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